Hoy os voy a
hablar de Bones. Durante años, 12 exactamente, me he negado a ver esta serie, a
pesar de que se adapta a mis gustos. Como muchos sabréis, trata sobre un agente
del FBI y una antropóloga forense que colaboran en diferentes investigaciones
de asesinato. Como la mayoria de estas series, los protagonistas terminan
enamorándose, casándose y formando una familia.
Está
protagonizada por David Boreanaz, al que ya conocíamos por Buffy y por su
spin-off Ángel.
Pues como os
decía, esta serie no había llamado mi atención, sobre todo por lo que oía de
ella: una cerebrito, que se creía más lista que nadie, que ayudaba a un agente
del FBI muy bonachón y, como no, con un trauma por haber estado en zona de
conflicto y además como francotirador. Sin embargo a finales de febrero, me
volvía a encontrar con los parones típicos de las series en estas fechas o
debidos a la Súper Bowl, así que decidí darle una oportunidad y ver algún
capítulo de la primera temporada. No pensaba que iba a durar y sobre todo
sabiendo que tenía 12 temporadas por delante con sus 22 capítulos cada una
(excepto la temporada 6, debido al embarazo de la protagonista, que tiene 13),
pero para mi sorpresa, me encontré con una serie muy bien hecha. Me enganchó de
tal forma que hasta ayer que ví el último capítulo no he visto ninguna
otra.
Más allá de
los asesinatos (que realmente, salvo alguna excepción, es bastante obvio quién
es el culpable), tiene las vidas de los personajes en evolución constantemente,
tanto de los principales (Booth y Brennan) como de los secundarios (el resto
del laboratorio).
Es de
agradecer que hasta los personajes secundarios tengan sus momentos
característicos y roles bien definidos, ya que muchas veces al centrarse solo
en los protagonistas, las series acaban aburriendo. Otro punto muy positivo de
esta serie, es que no es de esas en las que siempre todo sale bien, y parece
que todos tienen un ángel de la guarda que les salva siempre. Aquí hay muertes
de personajes, algunas de ellas, de personajes que han sido muy relevantes
durante muchas temporadas.
Esto hace que
siempre se haya sentido una tensión que te mantiene pegado a la historia,
aunque también hay episodios en los que todo está tranquilo (en el sentido de
la historia general) y solo tienen que resolver un asesinato, y en estos
episodios suelen ocurrir cosas divertidas entre los personajes.
Tiene
momentos tristes, felices, cómicos, tensos, románticos...No le falta de nada.
Brennan y Booth son la viva escenificación (tal vez hasta de forma exagerada)
de que los polos opuestos se atraen. Además, al contrario que en otras series
que he visto, como en Castle, la unión de los protagonistas hace que se muestre
su relación de pareja, con sus momentos románticos, sus peleas, sus decisiones
domésticas y también sus besos, tanto en público como en privado. Estos
momentos me han parecido muy importantes y bonitos, porque en otras series,
después de que se llega al momento de juntar a los protagonistas, se pasa a una
dejadez sin sentido.
A lo largo de
sus 12 temporadas, ha tenido episodios muy impactantes y llenos de tensión, y
eso que yo ya sabía que la serie seguía, pero eso no quitaba que sufrieras con
ellos. También han tenido varias tramas principales que seguían durante una o varias temporadas, historias interesantes y con resoluciones inesperadas.
El último capítulo, después de mucha tensión, para terminar en todo lo alto, nos deja un homenaje a varios de los personajes importantes de la serie, un detalle muy bonito en una serie tan larga y con mucho seguidor incondicional.
Sin duda debo
decir que es una de las mejores series que he visto en los últimos años, y me alegro de haber sucumbido a sus encantos y haber podido disfrutar de la gran
familia del Jeffersonian.
Si no la
habéis visto, desde luego os recomiendo que lo hagáis, porque creo que no os va
a defraudar.