martes, 31 de marzo de 2015

El cuerpo del delito

Hoy os voy a hablar de una de esas series que, sin triunfar en las cadenas generalistas, sí lo ha hecho en uno de los canales temáticos que en los últimos años, tenemos en la parrilla televisiva: El Cuerpo del Delito. Está protagonizada por Dana Delany (Mujeres Desesperadas), que interpreta a Megan Hunt. Trata de una neurocirujana que después de un accidente de tráfico, debe dejar de ejercer como tal, pero que cambia de rama, pasándose a la medicina forense. Así se ve envuelta en casos de asesinato, en los que ayuda como si fuera también detective, juez y jurado.
Desde el primer capítulo, vemos a un mujer que en su vida profesional lo tiene todo controlado, es buena, de hecho muy buena, y lo sabe; así que no se deja amedrentar por nada ni por nadie, ni jefes, supervisores ni mucho menos por aquellos que intentan engañarla. Esto hace que a veces no tenga muchos apoyos, excepto el de su investigador médico y ex policia Peter Dunlop; de él siempre obtiene su apoyo de forma casi incondicional. Sin embargo, en su vida personal todo son problemas, está divorciada, perdió la custodia de su hija además de su confianza y también la de su madre.
La serie consta de tres temporadas: la primera tiene 9 episodios y la verdad es que le coges cariño al personaje, no discuto que hay veces que te dan ganas de poder cruzar la pantalla y poder darle, pero al final se te pasan. La segunda temporada ya es más larga, duró 20 episodios y aquí comienza el declive. Como pasa siempre, al liar el argumento de la vida personal de los personajes, pueden ocurrir dos cosas, que la gente se enganche y pida más o que pasen de tu serie, como ocurrió aquí. Las muertes sin sentido, desapariciones de personajes sin explicación y los romances que nunca llegan a nada, hicieron que la serie perdiera fuelle y buena parte de su audiencia. A pesar de esto, se grabó una tercera temporada para intentar cerrar la historia de un personaje que hasta entonces estaba bastante bien hecho. En esta tercera temporada, cambió parte del elenco, trayendo a escena a un ex novio policía con el que hay mucha tensión sexual, que sólo se ve resuelta y de la manera mas tonta, la verdad, como siempre todo en el último minuto para intentar dejar al espectador contento. Yo, personalmente, hubiera preferido que hubieran cerrado la serie en la segunda temporada, aún sabiendo que se quedaba la historia personal de Megan sin cerrar.
Megan pasa de ser una mujer decidida como he dicho al principio a ser un ser amargado y desagradable, que parece que vive por menospreciar a todo el que se acerca a ella. Vamos a ver, una cosa es que te seas buena en tu trabajo y encima lo sepas y que por circunstancias te vuelvas algo mas fría y distante, pero no esto, una mujer que no está contenta con nada de lo que sea hace alrededor. Con este giro, terminaron de matar una serie, que sin ser un super éxito, se podía ver porque las líneas argumentales eran sencillas y si te perdías un capítulo, lo recuperabas enseguida.

Resumiendo: merecen la pena las dos primeras temporadas, la tercera os la podéis ahorrar. Si queréis la solución a su historia personal, ya os la cuento yo. Como detalle la aparición de Luke Perry en varios capítulos de la segunda temporada.

MaGaPe

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